lunes, 12 de enero de 2015

Estúpida quietud

"Uno de estos días saltaré desde el edificio más alto,
no con el fin de sentir el impacto, 
sino con el de cerrar los ojos 
y notar mi presencia en el mundo de la más brusca forma."

Y extender mis alas, en el punto más alto, 
antes siquiera de que la presión social me empuje a bajar, 
a caminar donde todos caminan.

Y volar entonces más allá de todo paisaje aparente, 
o notar el viento sobre mis párpados vivaces y sólo, 
nada más, dejarme llevar.

Mirar el mundo desde la eternidad del tiempo 
y que todos los relojes pierdan su fe en sí mismos 
y caigan a la vez en el mismo vacío que precede 
al punto desde el que ahora planeo, y os miro, 
a kilómetros, millas, planetas de distancia del suelo.

Y desearé morir estando en la más alta inestabilidad, 
pero pensaré en ti y será capaz de morderme 
de nuevo el destino y desencadenar
el caos universal por apenas un momento, 

en el que sólo nos dará tiempo a ti y a mi 
a caer en el olvido mismo de la inseguridad.

Porque he llegado a creer que vivo 
encerrada en una subrealidad infinita 
cuya esencia es una rueda de sucesos 
que no deja de girar y girar,
y de ser estúpidamente eterna. 

He llegado a sentir miedo de mis propios pensamientos, 
cuando parecen dictar que la realidad se ha detenido,
pero sigue su curso, 
solo que en bucle, 
en bucle, 
en bucle. 

Una 
y otra, 
y otra, 
y otra vez.

Entonces salto a la cotidianidad,
me olvido un rato de tanto acertijo, 
y de pronto, todo es inexistente 
y yo me hallo de nuevo en el mismo punto.

Y además, en el mismo pensamiento:

"Uno de estos días saltaré desde el edificio más alto, 
no con el fin de sentir el impacto, 
sino con el de cerrar los ojos 
y notar mi presencia en el mundo de la más brusca forma."