miércoles, 16 de septiembre de 2015

La noche que arrastramos un sofá colina arriba

Corríamos por en medio de la carretera
llenos de impaciencia
y una vitalidad irracional
que iba a hacer reventar
nuestros tobillos.

Corríamos por en medio de la carretera
empujando un sofá
por toda la ciudad.
Nos turnábamos
para no morir
en el intento.

A veces uno saltaba encima
y se deslizaba
sobre el asfalto mojado
-dios, suerte que llovió esos días-.

Parecíamos inmortales.
Ahí estábamos,
a las 3 y pico de la madrugada
empujando aquel sofá
por toda la ciudad.
Los reyes de los muebles sin hogar.
Íbamos a carcajada limpia,
fumando
y turnándonos las mochilas.

Aquellos fieras.
Sangre de historias.
De aquí a los restos...
nunca dejéis que os deje
dejarme en paz.

Lo de subirlo colina arriba
tampoco es mentira.
Es que teníamos un sueño.
Colocar un sofá
en un lugar alto
y escondido
en la ciudad

al que huir
siempre que quisiéramos.
donde quemarnos
despotricando sobre el futuro,
donde pactar eternas promesas,
donde leer, donde compartir,
donde contarnos las historias.
donde ir después de una noche
de bares.
Donde mirar al cielo
y escuchar
el silencio
sea la mejor solución
a todos los problemas.

Y hacia ahí íbamos.
Con aquel sofá,
con sus cuatro cojines,
a peso, a oscuras,
a risas,
a "callayempujacabrónquesenota".

con nuestro pacto secreto
de no medirnos
en locuras
ni estupideces.

Ahí estábamos esa noche.
Y desde entonces aquella siempre sería

la noche
que arrastramos un sofá
colina arriba.




Horas de sueño



Ser la prioridad al sueño de alguien,
evitar las horas de sueño.
No quiero comodidades,
es la vida que he decidido.
A veces me pasa como hoy,
que me pregunto
en qué momento
decidí hacer las cosas mal
o vivir con esa sensación
en el cuerpo todo el rato.

Me abruma la realidad
cuando creía haberme
alejado lo suficiente
como para evitar
el olor a quemado
y a sangre seca.

Volviendo a casa
después del derrumbe fugaz
me veo caminando
con DaBelchi,
compañero de aventuras...
Ya no son las mismas,
ahora ocurren por dentro
y desgarran desde ahí.

Y con todo,
creo que ya
nada está igual.

Ahora hay sitios
en los que nadie
puede abrazarte,
por fuerte que aprieten.
Y yo siento fuego
justo en ese lugar.

Tirar la mesa al aire
con todas las cosas de
encima volando por
los aires,
tocar tan fuerte la batería
hasta que por ira
y descontrol,
una baqueta golpea entre
tus dedos
y te hace sangrar
y gritar,
gritar,
de una vez por todas,
todo lo que te de
la gana gritar
a los ojos de quien te hizo
daño,
con tu verdad por delante.
Desarraigarse
y morir en el intento,
pero intentarlo.

Perder el sentido, el hambre,
el sueño,
y las ganas de una carcajada,
a riesgo
de recuperar en un instante
las ganas de escribir todo esto,
porque sí,
para nadie.

Pero siempre
con
tu
verdad

por delante.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Madrugada del domingo 30. On the road.

Luz de farolas, pocas visión.
Cada día es un problema al anterior,
y los árboles pasan rápido si los miras de cerca.
Silencio. Por fin.
Poco más que el ruido del motor...
y nuestras cortas conversaciones.

El valor de recorrer
kilómetros a vuestro lado
y sentir que pierdes el tiempo
pero con la mejor
compañía
es lo que nos ha traído aquí.

Las altas expectativas,
las canciones nuestras.
El arriesgar a ciegas un montón de ilusiones
y perderlas por el camino,
pero recuperarlas todas de golpe
con un volantazo y esas sonrisas
de complicidad.

Atados todos a este suelo
y valores que nos unen.
Rectifico cuando creía
que la vida era fácil,
o que acaso tiene
algún sentido.

Es como escribir sin mirar.
Te expones como te sale
y a la mierda la planificación
y las lineas rectas.
Cuando caminas a ciegas,
o conduces a las 4 de la madrugada
no existen las líneas rectas.
Aquí tampoco.

Las malas decisiones
también forman parte de todo esto.
La velocidad, el frío,
el malestar.
Esta ha sido una de ellas.
Necesito un trago de algo.
Necesito que no duela al tragar.

Interminable camino,
El tiempo no pasa.
Cada vez veo menos.
Cada vez tengo más sueño...
Y ya casi no puedo soportar la situación
la inevitable -y odiosa-
vuelta a casa.