lunes, 18 de julio de 2016

Marcas de vida

Sin saberlo estaba llegando a ello,
confirmar lo que parecía absurdo
o sordo, o sin sentido,
lo que desde la intuición
estábamos sospechando.
Como aquel hilo rojo del destino
hemos seguido las mismas sendas
cada uno por su camino,
y hubo un día, incluso,
en que aquello provocó
que tropezáramos
entre júpiter y saturno.

No podía creerlo.
Desde el principio había imaginado
que otros con las mismas locas ideas
cometerían los mismo errores
descubrirían el amor de la misma manera
y el tiempo, y el kaos,
y el sabor de la libertad en tonos dorados.
Había imaginado también
que pasarían por los mismos autores,
los mismo libros y películas
las mismas historias.
Pero jamás habría imaginado
que tal pieza clave fuera a unirnos.

Tu habitación, como la mía,
también paso por infinitas colecciones
de discos, libros,
revistas de Rolling Stone,
posters de grupos, dibujos por las paredes,
fotos de amigos, libretas y libretas
de bitácoras escritas y desperdigadas
por todos lo cajones
de colores...

Un día llegó la poesía.

Siempre había existido dentro, lejos.
Y las ganas de viajar.
Las hogueras las noches de verano,
El no saber hacer otra cosa que
por lo que se siente PASIÓN.

La sensación que me da
es que mandaste a la mierda al mundo
menos a los dos o tres que de verdad
te importaban.
Luchar por la felicidad
lejos de casa.
Descubrir nuevos horizontes
y dónde queda eso de vivir lejos,
y cada vez más y más delgados.
Aún podemos sobrevivir,
y tenías razón, siempre:
_Life is happening.

Algún día entenderé
que esos paisajes
también están hechos para mí
y que nadie sabe qué coño hace
ni a dónde va, aunque lo mienta...
Y de nuevo los ápices.
pantalones rotos,
recortes de periódicos...
las cintas en el pelo
reivindicando muy mucho
la melena al viento
de los días felices.

En fondo.
Que ahora que he vuelto a casa de nuevo,
sé que compartiremos mucho más todavía.
Esa marca era sólo el principio,
el darme cuenta
es el ahora.