"Uno de estos días saltaré desde el edificio más alto,
no con el fin de sentir el impacto,
sino con el de cerrar los ojos
y notar mi presencia en el mundo de la más brusca forma."
Y extender mis alas, en el punto más alto,
antes siquiera de que la presión social me empuje a bajar,
a caminar donde todos caminan.
Y volar entonces más allá de todo paisaje aparente,
o notar el viento sobre mis párpados vivaces y sólo,
nada más, dejarme llevar.
Mirar el mundo desde la eternidad del tiempo
y que todos los relojes pierdan su fe en sí mismos
y caigan a la vez en el mismo vacío que precede
al punto desde el que ahora planeo, y os miro,
a kilómetros, millas, planetas de distancia del suelo.
Y desearé morir estando en la más alta inestabilidad,
pero pensaré en ti y será capaz de morderme
de nuevo el destino y desencadenar
el caos universal por apenas un momento,
en el que sólo nos dará tiempo a ti y a mi
a caer en el olvido mismo de la inseguridad.
Porque he llegado a creer que vivo
encerrada en una subrealidad infinita
cuya esencia es una rueda de sucesos
que no deja de girar y girar,
y de ser estúpidamente eterna.
He llegado a sentir miedo de mis propios pensamientos,
cuando parecen dictar que la realidad se ha detenido,
pero sigue su curso,
solo que en bucle,
en bucle,
en bucle.
Una
y otra,
y otra,
y otra vez.
Entonces salto a la cotidianidad,
me olvido un rato de tanto acertijo,
y de pronto, todo es inexistente
y yo me hallo de nuevo en el mismo punto.
Y además, en el mismo pensamiento:
"Uno de estos días saltaré desde el edificio más alto,
no con el fin de sentir el impacto,
sino con el de cerrar los ojos
y notar mi presencia en el mundo de la más brusca forma."